Análisis: «Alicia a través del espejo»
Alicia
se vuelve a pasear por el País de las Maravillas en esta burtoniana segunda
parte, inspirada a su vez en la segunda parte del libro de Lewis
Carroll, que tiene mucho jugo que exprimir desde el punto de
vista de los valores y el trasfondo.
Alicia
volvió a los cines después de seis años totalmente desaparecida, de la
mano de un nuevo director, James
Bobin, que retoma las aventuras de una Alicia adulta basándose
en el segundo libro de Lewis
Carroll: “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”. En
esta segunda entrega Alicia ha estado lejos de su hogar mucho tiempo, viajando
como capitana en el barco de la compañía mercante de su difunto padre, el
“Maravillas”. Con tristeza, descubre que durante su ausencia su madre ha estado
haciendo negociaciones con Lord Haymitch Ascot, el nuevo presidente de la
compañía, con quien ella rechazó casarse. Han decidido poner a Alicia todos los
impedimentos posibles para que no logre sus empresas y así frenar sus
fantasías, sus raras ideas de vivir aventuras y ser una mujer independiente.
Alicia
se divide entre honrar la memoria de su padre no renunciando a su puesto en la
compañía ni a su barco (que es también lo que ella desea) u obedecer a su madre
y convertirse en una mujer “normal”, dejar los viajes y casarse con un marido
rico. Pero, antes de decidir nada, atraviesa un espejo que la lleva de vuelta
al País de las Maravillas y ahí se enfrenta con un nuevo problema. El
Sombrerero Loco está gravemente triste, porque se ha dado cuenta de que echa
mucho de menos a su familia, asesinada por el Galimatazo por orden de la Reina
Roja y le pide a Alicia lo imposible: que los traiga de vuelta.
El
personaje de Alicia experimenta una curiosa evolución desde el principio de la
anterior película. Al inicio tiene una actitud exagerada al contradecir a su
madre y de empeñarse en no ser como los demás, mantiene una postura de
no-compromiso, no le parece justo nada de lo que ha de hacer y le gustaría ser más libre. Alicia
es un personaje que siente una nostalgia constante de una infancia feliz vivida
con su padre, porque ahora, en el nuevo mundo de adulta en el que se encuentra,
no se siente querida. Siente que madurar es ya algo necesario, pero también
triste. La vida de su madre y de las demás mujeres le decepciona, en lo que se
revela como una leve reflexión feminista bastante convencional.
Por
otra parte, se nota que Tim Burton no
ha intervenido mucho en la película y ha preferido quedar en segundo plano como
productor ejecutivo, ya que siempre la figura del padre en sus películas
representa a un hombre decepcionado porque su hijo no ha sido como esperaba.
Sin embargo, podemos ver en “Alicia a través
del espejo” que, aunque al principio parece que el padre del
Sombrerero Loco es ese tipo de padre, en el fondo siempre lo ha querido mucho
tal y como es, y que aunque no se lo mostraba abiertamente, actuaba de esa
forma para ponerlo a prueba.
Cuando el Sombrerero le dice a Alicia
que ella es la única persona que puede hacer que su familia vuelva, ella (que
antes habría creído en lo imposible) ahora ni siquiera quiere probarlo. El
mundo real ha hecho que ella deje de ser “ella”. Pero el Sombrerero es su mejor
amigo y tiene un compromiso muy fuerte, por lo que Alicia siente el deber de no
fallarle. Así que esta vez cuando entra en el espejo, aunque pretende huir del
compromiso otra vez, se encuentra con una responsabilidad mucho más grande y ya
no quiere huir, Alicia es capaz de enfrentarse al deber, por la amistad que le
une a los habitantes del País de las Maravillas.
Aunque
el tema central de la película es la familia (subrayando sobretodo las
relaciones de las dos hermanas reinas, de Alicia con su madre y del Sombrerero
Loco con su familia) otro punto muy importante es el Tiempo. Constantemente, a
lo largo de nuestra vida, solemos quejarnos de todo lo que nos impide hacer el
tiempo, de todo lo que nos quita. Nos sentimos impotentes, no podemos hacer
nada al respecto. En esta película podemos ver que esa angustia a que el tiempo
se nos escape no es justa, que el tiempo da mucho más de lo que quita, y
esto también es una manera de comprender cómo ver a la providencia.
Tememos
a lo que no depende de nosotros: Alicia no quiere aceptar lo que se le da y lo
que se le quita, que ya se haya hecho mayor, que su padre no esté ahí para
protegerla y mimarla y que debe obedecer ahora a su madre, es algo que tarde o
temprano tendrá que afrontar. Ser agradecido cambia tu forma de vivir, es una
de las cosas que cambia a Alicia al volver a la realidad, se da cuenta de que
ha de dar gracias de tener una madre que se preocupa por ella, que le quiere,
aunque no de la forma que a ella le gustaría.
A lo largo de la película entiendes
que el pasado no se puede cambiar, sólo podemos aprender de él. La familia es
más importante que un barco, la madre de Alicia es única, aunque no le guste no
va a poder encontrar otra. Por eso cuando vuelve a la realidad decide obedecer
a su madre, y que eso es lo que hubiera querido su padre. La madre, conmovida
por el sacrificio de Alicia, decide no vender el barco y viajar por el mundo
como mercaderes, aunque eso signifique no ser como las demás damas de la alta
sociedad. Un
sacrificio hecho con amor da más a cambio que una decisión egoísta.
Esta
película transmite también de una manera sencilla la idea del pecado original:
el origen de los males mayores y de los deseos destructivos de la Reina Roja es
simplemente una pequeña mentira que dijo su hermana (la Reina Blanca) cuando
las dos eran pequeñas. También enseña la importancia de la justicia y de
decir siempre la verdad. Es muy bonito ver que al final la historia de
reconciliación entre las reinas hermanas, que han estado enemistadas desde su
infancia.
La
Reina Roja (el personaje malvado de la película) verdaderamente se encuentra
amada cuando su hermana, la Reina Blanca, le abraza y le pide perdón por no haber
dado la cara por ella cuando eran pequeñas. Muchas veces un abrazo y un
arrepentimiento verdadero tienen más poder que un ejército. Sin duda es
una película recomendada para toda la familia y a pesar de sus defectos
técnicos tiene una emoción y una fuerza muy gratificante.
La
interpretación es bastante débil para tratarse de unos actores de primera
línea. Sobre todo es decepcionante la actuación de Johnny Deep, se echan
mucho de menos sus aspavientos y sus bromas características en el personaje.
Aunque esto también se debe al maquillaje, de una estética más suave que en la
anterior película, que desvirtúa ligeramente algunas de las interpretaciones. A
pesar de eso es justo decir que la joven actriz australiana Mia Wasikowska sigue
estando maravillosamente a la altura de una solida y matizada Alicia adulta. La
fotografía, el vestuario y los efectos visuales siguen sorprendiendo por la
fuerza del fascinante surrealismo de Tim
Burton y por supuesto mejora mucho la historia la
emocionante fuerza de la música de Danny
Elfman. Pese a estar basada en los libros, la película sólo
recuerda a Carroll en el lenguaje paradójico de algunos diálogos.
La película está clasificada para
todos los públicos y sobre todo para ver en familia, y la verdad es que es
menos oscura que la primera y no hay ningún momento en especial que pueda herir
la sensibilidad de los niños. Aun así, los que pueden disfrutar más de la
película son los niños de a partir de 10 años y los adolescentes, aquellos que
nos movemos entre lo que descubrimos qué es en realidad el mundo y lo que
suponíamos que era.
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